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Dra. Jessica Gazel Bonilla
Odontóloga Especialista en Geriatría
Universidad Federal de Paraná,, Brasil, 2009.
San José, Costa Rica

INTRODUCCION:

Los profesionales de la odontología están viendo cómo aumenta el número de pacientes de edad muy avanzada en sus consultas, lo que les obliga a tener en cuenta ciertos problemas relacionados con la edad que pueden afectar el tratamiento odontológico. Un número importante de aspectos preocupantes pueden tener influencia tanto en el plan de tratamiento como en el tratamiento en sí mismo. Es típico que los Adultos Mayores tengan menos recursos económicos con que poder financiar el tratamiento odontológico. Por ejemplo,  los Adultos Mayores  (mayores de 85 años) tienen dos veces más posibilidades de que sus ingresos estén al nivel o por debajo del nivel considerado de pobreza en relación a los Adultos Mayores de 65-74 años (32 frente al 16%). La pérdida de las capacidades fisiológicas relacionadas con la edad puede disminuir los márgenes terapéuticos de seguridad de muchos medicamentos y aumentar la susceptibilidad a la infección.

En los Adultos Mayores es común la presencia de enfermedades crónicas; los odontólogos deben estar al día y suficientemente familiarizados con enfermedades tan frecuentes como la hipertensión arterial y los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades cardíacas, la diabetes mellitus, las enfermedades mentales, la comorbilidad (asociación de 2 o más enfermedades en un mismo paciente), el aumento en el uso de medicamentos y los tratamientos médicos poco coordinados entre sí. Es también importante saber identificar muchas alteraciones orgánicas que en el adulto mayor se presentan de forma atípica y con signos y síntomas a menudo poco evidentes. Por ejemplo, el infarto de miocardio sin dolor en el pecho, el tromboembolismo pulmonar sin taquipnea, la neumonía sin fiebre y el síndrome confusional como signo principal en patologías como la insuficiencia cardíaca congestivo, la endocarditis bacteriana y las reacciones adversas a medicamentos.

La valoración del paciente adulto mayor debería incluir la minuciosa exploración de cualquier queja importante (por ejemplo, duración, cronología, factores de exacerbación, la probabilidad de que la queja sea exagerada o muy pequeña), así como de las necesidades que el paciente expone, sus prioridades de tratamiento y las expectativas que tiene en relación al éxito del tratamiento.

En especial, el odontólogo debería evaluar las necesidades odontológicas dentro del   contexto de la función, la sintomatología, la patología y la estética.

Se debe preguntar cuál es el motivo de los servicios odontológicos, su satisfacción con tratamientos dentales previos y/o anteriores, con sus odontólogos y su implicación en hábitos de comportamiento preventivos. El examen intraoral del paciente adulto mayor debería enfatizarse en problemas tales como la xerostomía, las caries radiculares y coronales, la enfermedad periodontal, el grado de reabsorción alveolar, las lesiones inducidas por prótesis o estomatitis, el cáncer oral y la función masticatorio.

El proceso de toma de decisiones clínicas puede alterarse justificadamente partiendo de un plan teórico “ideal” que surge a través de la consideración lógica de 10 variables que pueden condicionar el pronóstico:
1) los deseos y expectativas del paciente
2) el tipo y la severidad de las necesidades dentales del paciente
3) el impacto de los problemas en la calidad de vida del paciente
4) la probabilidad de resultados positivos del tratamiento (incluyendo cualquier posibilidad de iatrogenia)
5) la disponibilidad de alternativas al tratamiento razonables y menos complejas
6) la capacidad del paciente para tolerar el estrés del tratamiento (dependiendo de su estado fisiológico y médico)
7) la capacidad del paciente para mantener su salud bucodental
8) la capacidad financiera del paciente y otros recursos
9) la habilidad del dentista (incluyendo recursos tales como su destreza y equipamiento)
10) otras cuestiones pertinentes.

Se han identificado un número de problemas y soluciones que pueden ayudar a proveer tratamiento dental a los Adultos Mayores. Por ejemplo, en el carcinoma escamoso oral (CEO) no se ha evidenciado demasiada mejora en las cifras de supervivencia de las lesiones diagnosticadas en estadios avanzados (síntomas, mayores de 2 cm). El retraso en el tratamiento es consecuencia tanto de los pacientes como de los odontólogos: aproximadamente un tercio de los pacientes lo demorarán más de 3 meses y un tercio de los odontólogos retrasarán su diagnóstico al menos 3 semanas al aplicar tratamientos antibióticos, ajustando dentaduras, etc.

Los pacientes con riesgo de CEO:
Más hombres que en mujeres
Mayores de 40 años
Tabaquismo
Alcoholismo
Con cáncer del tracto aero-digestivo previamente
Uso frecuente de enjuagues con más de un 25% de alcohol
Se ve más en fontaneros, trabajadores del metal o de la industria textil.
No han demostrado ser factores de riesgo llevar dentadura, tener problemas en la misma, úlceras en la boca, erosiones de la mucosa, enfermedad periodontal previa y encías sangrantes.

La leucoplasia es la lesión pre maligna más prevalente y un 10-20% se convierten en displasias malignas. La mayoría de las lesiones se sitúan en un 25% de superficies orales (por ejemplo, suelo de la boca, área ventro-lateral lingual, paladar blando). Los índices de supervivencia a los 5 años son de un 52% (5 veces menos que todas las neoplastias mayores) y, por lo tanto, las estrategias de detección deberían vigilar factores de riesgo como la situación en la boca, el aspecto de la leucoplasia (roja o blanca, ulcerada, endofítica) y el uso del azul de toluidina en la consulta como prueba de referencia. El azul de toluidina es una prueba complementaria que no reemplaza a la biopsia, que tiene una elevada sensibilidad (2% de falsos negativos) y una especificidad moderada (30% de falsos positivos).

Los pacientes Adultos Mayores con prótesis articulares pueden ser un dilema para el odontólogo, Los odontólogos deberían reconocer que la decisión final es suya, con el consentimiento informado del propio paciente. Los expertos sugieren que en pacientes con prótesis articulares se debe:
A) Tratar las enfermedades dentales antes de la cirugía articular
B) Tratar rápidamente las infecciones orales agudas en pacientes con prótesis articulares
C) Realizar profilaxis antibiótica en la mayoría de los pacientes
D) Indicar antimicóticos orales en el caso de Cándida Albicans

Los tratamientos odontológicos del paciente con enfermedad de Alzheimer son especialmente diferentes. Se sugiere tratar los problemas odontológicos de estos pacientes en el estadio más precoz posible de la enfermedad, implicando y delimitando el papel de los miembros de la familia y de cualquier otro cuidador en materia de higiene oral, eliminando focos infecciosos, llevando a cabo tratamientos preventivos con visitas de mantenimiento cada 3 o 4 meses, aplicando geles fluorados con el cepillo dental, usando saliva artificial cuando fuese necesario. Citas cortas y en horas de la mañana, estas deben ser lo menos restrictivas posibles, basadas en un plan de tratamiento que no ocasione ningún, o el mínimo, trauma para el paciente. Se debe trabajar bajo el consentimiento del médico y de los  familiares. Si es necesario un tratamiento farmacológico, se recomienda el uso de benzodiacepinas de acción corta e hipnóticos/sedantes tales como clonazepam 3mg (10 gotas sublingual) o Lorazepam 2mg. Se deben monitorizar los signos vitales pre y postoperatorios, teniendo especial cuidado cuando aumente el riesgo de complicaciones.

BIBLIOGRAFIA:

Berkey DB, Berg RG, Ettinger RL, Mersel A, Mann J.The old-old dental patient: a chalienge of clinical decision-making. J Am Dent Assoc 1996; 127: 321-332.

FUENTE DE REFERENCIA:

http://www.infomed-dental.com/seger/revistas/vol1_num3/formc1.html